INNOVACIÓN
Robots y conectividad constante: con qué lidiarán los líderes del futuro
Un reciente estudio analizó las características que deberá tener el jefe cuando la inteligencia artificial sea algo cotidiano en el mundo laboral. La necesidad de adaptarse y de integrar a los empleados en la organización
10 de mayo de 2017
“En 30 años, la tapa de la revista Time con los mejores CEO’s del año tendrá un robot”, dijo hace pocos días Jack Ma, fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba. Su visión pesimista sobre el futuro, sobre la inclusión de la inteligencia artificial en el trabajo, remarca la necesidad de adaptarse a los tiempos que se avecinan.
Los robots, más temprano que tarde, tomarán el lugar de los humanos en ciertos puestos de trabajo. “¿Las compañías están totalmente equipadas para los desafíos que el futuro demandará?”, se preguntó la firma de reclutamiento mundial Page Group en su nuevo estudio, que analiza cómo cambiará el modo de liderazgo en el corto plazo, cuando la inteligencia artificial pase a ser moneda corriente en el mundo empresarial.
Con el horizonte en el futuro, en 2020 y todavía más allá, las fuerzas claves que influencian el liderazgo de hoy y se proyectarán en el devenir, de acuerdo al informe, son las siguientes cuatro:
El aumento de los robots
En la próxima década, la robotización empezará a simplificar el número de empleos para una gran cantidad de personas. En un mercado laboral cada vez más competitivo y volátil, los empleados deberán mantenerse actualizados en cuanto a habilidades y conocimientos para ser atractivos en el mercado.
El fenómeno requerirá de una adaptación de los estilos de liderazgo para poder integrar, de manera satisfactoria, la fuerza humana/robot, buscando la forma de capitalizar los beneficios de la combinación de inteligencias. “Para evitar despidos, los futuros líderes deberán tomar acciones que ayuden a los empleados a mantener actualizados sus conocimientos y proveer oportunidades de crecimiento y de carrera profesional dentro de las organizaciones”, apunta el informe.
Conectividad constante
En un mundo de constante conectividad, el intento por buscar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal pronto se volverá obsoleto. La integración entre estas dos partes será el modelo dominante. Con las exigencias de un mercado laboral a ritmo acelerado, que crece de modo desbordante, la fuerza de trabajo y la salud se verán bajo un escrutinio cada vez mayor.
En un intento por combatir las presiones modernas, se necesitará prever enfoques holísticos para la gestión de la salud, los cuales deberán ser aceptados y ajustados a la mentalidad del liderazgo. Cada uno de los líderes deberá también estar atento y adaptarse a las presiones psicológicas de un trabajo basado en conectividad. Con esto, la capacidad de exhibir y equilibrar la sensibilidad emocional, el control y optimización se convertirán en cualidades altamente valoradas y esperadas por las compañías.
Marca personal
Las redes sociales se convierten en plataformas líderes para incrementar la visibilidad dentro y fuera del trabajo, lo que constituye la “vida de un líder”. Los líderes deberán empezar a desarrollar interés y compromiso por pequeñas comunidades, lo que provocará un mundo de micro influencias donde las personas podrán encontrar y seguir a líderes expertos en un nicho muy específico.
Con el fin de alcanzar las expectativas de los seguidores, surgirá la necesidad de un estilo de liderazgo más informal, donde las interacciones deben ser -o por lo menos parecer- genuinas.
Actitud innovadora
Las grandes compañías esperan ver florecer y crecer una cultura de la innovación, de profesionales desafiantes y emprendedores. Las empresas deberán apoyar a sus empleados en actividades de innovación, darles el tiempo, espacio e independencia necesaria para que desarrollen habilidades creativas.
En la misma línea, los estilos de liderazgo deberán evolucionar a una forma más creativa e independiente de trabajar. Provocado por el deseo de tener empleados más independientes y colaboradores, habrá una disminución gradual de las jerarquías formales dentro de las organizaciones y todos empezarán a ver a sus líderes como parte de un grupo.