Ni en los países desarrollados, ni en América Latina existe una fórmula mágica
Ni en los países desarrollados, ni en América Latina existe la receta o fórmula mágica para impulsar el desarrollo tecnológico y la innovación. En realidad existe una variedad de recetas que se traducen en un mix de políticas públicas y programas de fomento, que a su vez incorporan distintos elementos acordes a la realidad de cada país o región. Y lo que se hace cada vez más frecuente es discutir, con gobiernos y otros actores del mundo privado y académico, sobre la mejor combinación de ingredientes para lograr los anhelados ecosistemas de innovación y consolidarlos.
Sin embargo, parece haber un ingrediente relegado en las recetas latinoamericanas: los programas de extensionismo o difusión tecnológica. En estos programas se va a la empresa, se llama a su puerta y se ofrecen servicios de orientación y asesorías en una gama que abarca herramientas básicas de gestión, identificación e implantación de tecnologías, y apoyo para el desarrollo de capacidades de aprovechamiento tecnológico.
Estos servicios de extensión tecnológica (SET), también llamados servicios de asistencia técnica para la innovación, no están orientados a generar nuevo conocimiento en las empresas sino a buscar que las empresas incorporen conocimiento y tecnologías existentes en el mercado.
La experiencia internacional, sobre todo en países avanzados, ha demostrado que estos programas son una forma probadamente efectiva de atender las necesidades de las empresas menos productivas y de los nuevos emprendimientos en su camino a convertirse en firmas dinámicas, competitivas e innovadoras. Un reciente estudio del McKinsey Global Institute halló que el 75% de los aumentos de productividad provienen de la adopción de mejores prácticas por parte de las empresas. Sin embargo, todavía estos programas se utilizan de manera incipiente por los gobiernos de América Latina y el Caribe, donde predominan los créditos fiscales o los subsidios (matching grants) para promover la innovación en las empresas.
En una región donde la mayoría de las firmas no innova e invierte poco en actividades de innovación, los SET pueden ser la puerta de entrada para que nuevas empresas se unan al club de las innovadoras. Pero, ¿cómo hacerlo?, ¿existen experiencias exitosas? En un libro recientemente publicado presentamos una serie experiencias de promoción de los SET en países desarrollados tales como la de Estados Unidos con el Manufacturing Extension Partnership, la de Inglaterra con el Manufacturing Advisory Services, el Industrial Research Assistance Program de Canadá y Tecnalia en el País Vasco.
Experiencias en la región
En América Latina, si bien los servicios de extensión tecnológica llevan décadas de aplicación en el sector agropecuario, en los sectores manufactureros y de servicios asociados a la manufactura existen pocos programas con esta orientación. En Brasil, el SEBRAETEC es el programa puro de SET con mayor alcance, mientras que en países como Argentina se ha avanzado hacia los SET desde un enfoque de servicios de desarrollo empresarial. Actualmente, nuevas intervenciones de SET se están llevando a cabo en Chile, Uruguay y en el Perú. Habrá que estar con los ojos bien abiertos para poder aprender de estas experiencias.
No obstante, en los estudios ya realizados hemos identificado que los desafíos más importantes que enfrenta la región para lanzar o fortalecer programas que incorporen SET se relacionan con:
- el despliegue territorial y la gobernanza de los programas, con la incorporación de múltiples actores, de modo que se facilite la interacción con el mundo empresarial y con el resto de los programas y políticas de innovación y desarrollo empresarial
- el financiamiento que permita atender adecuadamente la demanda al tiempo que facilite la validación permanente del programa en el mercado
- el balance entre intensidad (servicios más o menos estandarizados) y alcance (cuántas empresas se atienden) de los servicios ofrecidos
- el montaje de sistemas de monitoreo y evaluación dirigidos al aprendizaje y rediseño continuo de sus herramientas y estrategias.
Aún quedan preguntas por responder, pero lo cierto es que los SET, este ingrediente olvidado en muchas recetas para cocinar la innovación, puede ser la clave para cambiar el comportamiento de las empresas e incentivarlas a que se unan al pelotón de firmas que adoptan la innovación como herramienta competitiva.
Este post fue publicado en el blog Puntos sobre la I del BID.