DROGAS Y TRABAJO ¿PROBLEMA DISCIPLINARIO O DE SALUD?

Ante situaciones de consumo en el lugar de trabajo, las empresas están acompañando la rehabilitación de sus trabajadores adictos
En marzo de 2012 una empresa uruguaya del rubro logístico decidió despedir a uno de sus trabajadores que había reincidido en el consumo de marihuana. El operario se encontraba en ese momento con licencia médica, en rehabilitación, al amparo del Banco de Previsión Social (BPS). El argumento para la desvinculación fue “notoria mala conducta”, ya que el empleado manejaba vehículos de la compañía.

Como consecuencia de eso, el trabajador llevó a su empleador a la Justicia, que en primera instancia descartó la demanda y dio lugar a la “notoria mala conducta”. El operario apeló, y en 2013 un tribunal de apelaciones de trabajo revirtió la sentencia, obligando a la empresa a pagar no solo la indemnización por despido habitual –que le había sido negada por su “notoria mala conducta”–, sino también un agregado del 20% por daños y perjuicios y 10% de multa, ya que había despedido a un trabajador por una enfermedad, lo que configura un “acto discriminatorio”.

El tribunal argumentó que, como”la adicción constituye una discapacidad que radia la acción de la voluntad del adicto”, no puede ser esta razón de “mala conducta”, en tanto “falta voluntad”.
Esta visión sobre el consumo de drogas en el trabajo es la que predica desde 1996 la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que indica que “los problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas deberían ser considerados como problemas de salud , y por consiguiente, tratarse, sin discriminación alguna, como cualquier otro problema de salud en el trabajo”.

Con esta recomendación en mente, el pasado 2 de mayo el Poder Ejecutivo aprobó el decreto 128/016 que prohibió su consumo y la tenencia durante la jornada laboral, obligando a las empresas a crear un protocolo acordado entre la compañía y su sindicato no solo para detectar el consumo (mediante pruebas “no invasivas”), sino también para crear acciones de sensibilización y prevención.

Actualmente más del 50% de los trabajadores sindicalizados están amparados por el Programa de Prevención de Consumo de Alcohol y Otras Drogas en el ámbito laboral que promueve el PIT-CNT, la Universidad de la República y la Junta Nacional de Drogas, y que establece protocolos, que son firmados entre el sindicato y la empresa.

“El programa establece que frente a faltas funcionales en el trabajo que son provocadas por el consumo se priorice la posibilidad de una rehabilitación sobre la sanción”, explicó la coordinadora del Programa Drogas del PIT-CNT, Cecilia Miller.

En los casos en los que no haya una adicción, sino un consumo recreativo en el trabajo, el empleado puede recibir una sanción o ser despedido por su empleador.

Por esta razón, las empresas que ya se suscribieron al programa, como UCOTT, Casa de Galicia, UCM, la Red de Emergencias Móviles, Montecom, Ríoestiba, Estibamar y el Banco HSBC, entre otras, ya están enviando a sus trabajadores a rehabilitación a una unidad especialmente creada en el Hospital de Clínicas, y acompañándolos durante el proceso mientras continúan trabajando, siempre que sea posible.

Rehabilitar trabajadores

Álvaro (nombre ficticio) trabajaba como operario en el puerto de Montevideo para Montecom, cuando fue sometido a una espirometría de rutina. El aparato registró 0,07 gramos de alcohol en sangre, cuando su posición lo obligaba a estar totalmente libre de esta sustancia. “Había tomado dos vasos de whisky en un cumpleaños (…); el problema es que no hay información, el alcohol puede quedar en el cuerpo por muchas horas”, contó el trabajador portuario.

Una segunda espirometría positiva llevó a que la empresa le recomendara que se hiciera una evaluación médica en la unidad del Hospital de Clínicas, que finalmente definió que Álvaro era alcohólico.

Según datos del PIT-CNT, unos 250 trabajadores se atienden anualmente en esta unidad de referencia para tratar el problema de consumo de drogas en el trabajo.

De esa cantidad, el 95% son por casos de consumo de alcohol, una adicción que según Miller ocurre con mayor frecuencia en los trabajadores de entre 40 y 50 años.

La Fundación Luna Nuevaacompaña el tratamiento que suele hacerse de forma ambulatoria y, siempre que es posible, ocupando el mismo puesto de trabajo. Para Miller, esta es la principal razón del éxito del programa: mientras que en otros centros el porcentaje de personas rehabilitadas es de entre 15% y 30%, en la unidad del Hospital de Clínicas logran recuperarse entre 56% y 76% de quienes asisten.

Formación para prevenir

Después de un proceso de rehabilitación de casi un año, y dos sin consumir, Álvaro destacó la falta de conocimiento sobre drogas que tenía al momento de iniciar el tratamiento.

“Nunca pensé que tenía un problema. Creía que había una adicción cuando se toma hasta quedar hecho un trapo; yo solo tomaba dos vasos de vino en la cena o un whisky viendo televisión. Aprendí que el problema no es la cantidad sino tomar algo todos los días, y que el común de la gente no maneja conocimientos sobre estos temas”, comentó.

Por esta razón, las empresas están generando talleres de concientización sobre drogas. Según explicó a Café & Negocios el asesor tributario y legal de KPMG, Juan Mora, “si la problemática de drogas se trata desde la óptica preventiva, a través de charlas informativas y talleres sobre el tema, y se genera un ambiente donde el trabajador puede manifestar su adicción y pedir ayuda sin temor a las represalias, es posible recuperar al empleado, y mas allá de la responsabilidad social de la empresa que eso significa, se logra disminuir el ausentismo y aumenta la productividad”.

En este sentido, Montecon trabaja desde 2012 en la redacción de protocolos de actuación, y junto a la Fundación Luna Nueva realizaron talleres, e incluso una agencia de publicidad (Teorema) desarrolló una campaña interna (“Con drogas no”) en la que se hicieron intervenciones artísticas en el puerto de Montevideo.

“Buscábamos un aterrizaje emocional y no duro sobre este tema”, explicó a Café & Negocios el jefe de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente de Montecon, Rodrigo Noguera. La empresa también ofrece bebidas calientes a sus trabajadores en los días de frío, ya que según explicó Noguera, el consumo de alcohol en el puerto muchas veces era visto como un mecanismo para hacer frente a las bajas temperaturas.

Otra empresa que está trabajando en este sentido es HSBC. Según se indicó en ese banco, se realizan comunicaciones internas sobre el tema de alcohol y drogas, y se cuenta desde 2008 con una Comisión de Salud que aborda esta problemática.

“(La adicción al alcohol y las drogas) es una problemática social, que no solo alcanza al empleado dentro de la empresa sino en su vida personal y es importante que reciba apoyo y contención tanto como soporte emocional”, señalaron en el banco, aunque se indicó que todavía no hubo casos de trabajadores que fueran enviados a rehabilitación.

Si en los trabajadores de entre 40 y 50 años el consumo de alcohol es el más frecuente, en los jóvenes la marihuana es la droga más común, según datos del PIT-CNT

El Programa de Prevención de Consumo de Alcohol y Otras Drogas en el ámbito laboral ofrece cursos a mandos medios, líderes sindicales, profesionales de salud laboral y trabajadores en general sobre el tema drogas, sin costo. A su vez, empresas como Consultora Prevenir, o Suat, a través de su área de Medicina Empresarial, también realizan cursos internos.

El trabajo y los riesgos

Insatisfacción laboral, largos desplazamientos, precariedad, ambientes de mucho frío o calor, y el trabajo peligroso aumentan el riesgo de consumo de drogas en el trabajo, según revela la encuesta Prevención Laboral de Drogodependencias de la confederación sindical de comisiones obras de España, que se presentó el pasado 6 de setiembre en un evento organizado por la Junta Nacional de Drogas y el PIT-CNT. Si bien los datos responden a España, para Miller esto también aplica a Uruguay.

El director de Consultora Prevenir, Bruno Berchesi, dijo que es en aquellos sectores donde existe mayor prevalencia a la adicción de drogas donde cobran especial importancia las charlas informativas, aunque las empresas están más interesadas por consultar cuándo se puede sancionar.

Según indicó la asesora en Medicina Empresarial de Suat y presidenta de la Sociedad de Medicina del Trabajo del Uruguay, Rosario Pallas, todavía hay empresas que no están “muy afines” a tratar esta problemática como tema de salud, porque creen que no tienen casos de adicciones en su interna. “Los patrones tienen que entrar en conciencia de que algo tienen que hacer y que debe impulsarse desde las cabezas directrices”, concluyó la especialista.

El aprendizaje de Botnia y Montes del Plata

Si bien la construcción ya tenía laudado el tema de la prohibición de consumo de alcohol en las obras, con la construcción de las plantas de Botnia (hoy UPM) y Montes del Plata, el sector comenzó a encauzar la problemática de las drogas a nivel general. “Uno iba a la obra y veía gente drogada”, recuerda el presidente de la Cámara de la Construcción, José Ignacio Otegui.

Ahí fue cuando se comenzó a trabajar en la capacitación de los trabajadores. Según explicó la coordinadora del Programa Drogas del PIT-CNT, Cecilia Miller, un ambiente en el que trabajan miles de personas de todas partes del país y de la región, lejos de sus familias, en un contexto “que no los contiene”, y con falta de opciones de entretenimiento, hizo más propenso el consumo de drogas en el lugar.

Llegaron a darse “problemas de tráfico muy serios” y los propios trabajadores denunciaron a quienes vendían droga. Una de las formas de prevenir el consumo de drogas fue la instalación de canchas de fútbol para que los trabajadores realizaran actividades, señaló la coordinadora del programa de drogas del
PIT-CNT. “El problema de las drogas en el trabajo es algo que daña a todo el mundo y por esa razón el abordaje debe ser en conjunto entre los trabajadores y las empresas”, concluyó.


Responsabilidad penal y drogas

Para el director de la consultora Prevenir, Bruno Berchesi, el interés de las empresas por el alcance del decreto 128/016 que prohíbe el consumo de alcohol y otras drogas en el lugar de trabajo fue potenciado por la Ley de Responsabilidad Penal Empresarial. En la medida en que se extienden los controles a todas las empresas –algunos sectores ya disponían de una normativa por drogas– las empresas en general incorporan el control del consumo como parte de las políticas de seguridad, y buscan respaldarse para evitar accidentes laborales que sean provocados por el consumo de estupefacientes en el lugar de trabajo.


FUENTE – > http://www.elobservador.com.uy/drogas-y-trabajo-problema-disciplinario-o-salud-n977397