FINANZAS DE BOLSILLO
El hábito de ahorrar requiere constancia y se puede lograr con pasos simples.
En la edición anterior de Finanzas de Bolsillo, algunos expertos recomendaban opciones para invertir $ 100.000. Varios lectores se quejaron de que era muy difícil llegar a ahorrar esa cifra o incluso llegar a fin de mes con capacidad de guardar algo de dinero.
Es por eso, que en esta ocasión se buscaron sugerencias sencillas para lograr el hábito de ahorrar, alcanzar cierto monto y luego poder invertirlo para generar más dinero.
Uno de los principales aspectos a tener en cuenta para poder ahorrar es la constancia. Aunque se parta de pequeños montos, lo importante es día a día, semana a semana o mes a mes (la frecuencia va a gusto de cada uno) cumplir con guardar dinero.
El sistema “peso a peso”.
Una posibilidad es utilizar este esquema, bautizado aquí como “peso a peso”, pero conocido de otras maneras a nivel global. Consiste en crear una planilla de Excel con 181 celdas que van a hacer de días (también sirve un bloc de nota si se siente aversión por lo digital) para darle seguimiento al ahorro. Así, se comienza guardando $ 20 el día 1, $ 21 el día 2, $ 22 el día 3 y así sucesivamente se va aumentando de a $ 1 por día. Al cabo de seis meses —si se tuvo constancia— se llegará a tener $ 19.910. Hay que tener en cuenta que por el método seguido, el último mes se generarán $ 5.565.
Con este esquema, se pueden hacer variantes como por ejemplo invertirlo y empezar con $ 200 el día 1, $ 199 el día 2, $ 198 el día 3 y así hasta llegar a $ 1 al cabo de seis meses.
Otra opción es hacerlo semanal y abarcar un año. Se genera la misma planilla de Excel (o el bloc) con 52 celdas (que harán las veces de semanas) y se comienza con $ 100 y se aumenta de a $ 10 por semana. A fin de año, llegará a tener $ 18.460. En el último mes (el más exigente) se ahorran $ 2.380.
En definitiva, la frecuencia y el monto a incrementar lo elige cada uno.
La regla del 10%.
Si bien el blog neuronafinanciera.com la sugiere para generar un fondo de emergencia para imprevistos, también se puede utilizar para generar un ahorro e invertir luego. Consiste en separar un 10% del sueldo apenas se cobra —para resistir tentaciones de consumo— y colocarlo en una alcancía, cuenta o el “colchón bank”. “Si te da para pagar la luz y el agua o los gastos comunes…¿por qué no te da para esto? No tenés que verlo como algo opcional, pensalo cómo una cuenta más que no podes dejar de pagar”, se aconseja en el blog.
“Intenten, intenten un par de meses, cuando se acostumbren a un presupuesto con un 10% menos, ya están del otro lado”, añade.
La alcancía del cambio.
Sirve para enseñar la cultura del ahorro a los niños, pero también para que la utilicen los más grandes: la alcancía. Cada vez que se compra en efectivo (salvo que se pague exacto claro está) se genera cambio, la idea es ir guardando algo en una alcancía, y así resistir la tentación de utilizarlo en una compra que seguramente no se necesite. Este sistema también tiene variantes, como por ejemplo guardar el 10% del cambio que se genera cuando se utiliza un billete de $ 1.000 o guardar todos los billetes de $ 20 que se reciben u otro que se le ocurra.
Comparar y usar descuentos.
Si no pudo ir ahorrando “peso a peso” ni separar 10% del sueldo ni guardar el cambio, hay otra opción para ahorrar que no requiere más inversión que un poco de tiempo. Se trata de comparar antes de hacer las compras para elegir el lugar más barato y utilizar los descuentos por pago con ciertas tarjetas de débito que realizan distintos comercios (en este caso además se aprovecha la rebaja de IVA). Una vez realizado, hay que tomar el dinero que se ahorró (que aparece en la factura en el segundo caso y en el comparativo en el primero) y destinarlo a una alcancía, cuenta o lo que prefiera, la idea es no tocarlo.
Para comparar precios la página web www.precios.uy (del Ministerio de Economía) permite hacerlo entre supermercados y almacenes por artículo, por canasta de productos, etc. Además hay una aplicación para celulares Preciosuy que ofrece la misma posibilidad. Adicionalmente, se puede escanear el código QR de la factura y comparar lo que hubiera salido esa misma compra en otro lugar.
Para ver en qué lugares hay descuentos y con qué tarjetas aprovecharlos hay algunas aplicaciones disponibles. Una de ellas es Avivate y tiene categorías (gastronomía, farmacia, vestimenta, etc.) para elegir y también permite hacerlo por tarjeta. Además, georeferencia el local más cercano. Otra aplicación es DonDescuento (también web dondescuento.uy) que permite básicamente lo mismo.
Es tiempo de proponérselo, elegir una forma y empezar a ahorrar.
Bajar la tarifa de electricidad con poco.
Con algunas acciones simples se puede bajar el consumo de electricidad. Para empezar, fijarse si no hay otras opciones de tarifa (inteligente) que se adecue a su consumo. En promedio el 37% de la factura de UTE deriva del calentamiento de agua del calefón, así que instalar un timer para programar su encendido y apagado o (ya con una inversión más grande) instalar un panel solar. las Lámparas de bajo consumo o LED son un 90% más eficiente que las incandescentes así que conviene sustituirlas. Por último, desenchufar la TV, DVD, equipo de música cuando no están en uso, ya que igual consumen.
Armar el presupuesto para ver en qué se gasta.
Los expertos coinciden en la importancia de planificar a la hora de gastar, manejando el presupuesto del hogar casi como una empresa. El presupuesto debe iniciar por los denominados gastos fijos sobre los que el consumidor no puede incidir, como el alquiler o la cuota hipotecaria, los impuestos, los gastos comunes. No así las tarifas públicas, donde se puede incidir en lo que uno termina pagando (ver aparte). Luego ver los gastos variables (tarifas, alimentación, transporte y otros) para actuar sobre estos.