EL OBSERVADOR
OPINIÓN ANÁLISIS – E. BLASINA
Richard Branson, disfrutar es el negocio
Por Eduardo Blasina
Julio 30, 2017
Convertir dificultades en competitividad
La pequeñez geográfica y la baja densidad de población son dos ventajas enormes que Uruguay tiene. Permite un nivel de control y organización que es casi imposible en los grandes países de América Latina.
También nuestra capacidad de convertir problemas en competencias. Es gracias a la aftosa que tenemos trazabilidad en vacunos. Y por esa pequeñez podemos extender la trazabilidad a otras producciones inclusive las vegetales. Eso permite dar garantías a los consumidores como tal vez ningún otro país agropecuario.
Para el sector exportador la persistente baja de la competitividad puede ser un problema estructural. No tiene final a la vista. No se ve que puede hacer subir al dólar que está también presionado a la baja en Brasil. Salvo problemas políticos graves en los países vecinos, el escenario de un dólar planchado cerca de los actuales niveles o subiendo apenas acompañando a la inflación obliga a pensar mecanismos que permitan superar una lógica macroeconómica adversa.
Construir fortalezas a partir de las debilidades es lo que ha llevado a muchos seres humanos a cruzar todos los límites de la genialidad.
Dos días después que Uruguay ganara la final de Maracaná, un 18 de julio de 1950 nacía en Londres el mejor empresario de Gran Bretaña, quien entre otras cosas ha desarrollado una nueva era en los viajes por avión. Por eso esta semana cuando anunció que dejaba de tener la mayoría de las acciones de Virgin Atlantic Airwaves, la prensa del mundo empresarial lo tomó como un tema mayor.
Para algunos medios británicos es el final de una era en la aviación. Sir Richard Branson abandona el control de la empresa que inventó Virgin Atlantic y tal vez, a los 67 años, el empresario más innovador de Gran Bretaña está pensando en descansar. Aunque es poco probable. Seguramente usará los 220 millones de libras que cobró para inventar algo más que cambie al mundo para mejor, y genere más dinero que volverá a ser reinvertido en algo que cambie al mundo aún más para mejor.
Seguramente consecuencia de su dislexia, no fue un gran estudiante. Pero aprendió una lección en su hogar que le sirvió de por vida: cada vez que hablaba mal de alguien siendo niño, sus padres lo mandaban en penitencia a mirarse a los ojos en un espejo durante 5 minutos. “Cuando hablas mal de alguien estás hablando mal de ti mismo” le enseñaron sus padres. Branson considera que esa fue la enseñanza principal para toda su vida. “Mirarme en el espejo durante cinco minutos no era muy divertido, así que dejé de criticar a la gente”, dijo a la BBC sobre lo que califica como el mejor consejo que recibió en su vida. “Me enseñaron a no juzgar negativamente a los demás” explica quien ha generado empresas que valen US$ 5.000 millones y es considerado el jefe más amigable del mundo empresarial.
Lejos de ser un gran estudiante, el joven Richard fundó de todos modos en la universidad la revista Student en la que entrevistó a las figuras emergentes del rock de los 60, entre ellos al joven Mick Jagger. A partir de ahí tuvo su primera empresa, una disquería de música alternativa que además vendia los long plays por correspondencia que inauguró en 1970, con 20 años. El nombre de la empresa Virgin, le fue sugerido por uno de sus primeros empleados ya que era su primera experiencia empresarial.
En 1972 recibió a un adolescente llamado Mike Oldfield que le llevó dos cintas con 20 minutos de música instrumental cada una. Lo que parecía invendible se convirtió en un clásico con millones de ventas. El disco Tubular Bells, cuya música se usaría en la película El Exorcista fue otro salto para la carrera de Branson que inauguró así con 23 años el sello de música Virgin Records. Un empresario innovador para darle un empuje a un músico innovador.
Cuatro años después pasaría de descubrir un opus del rock sinfónico a catapultar al mundo el alarido de rebeldía punk de los Sex Pistols, y volvería a vender millones de discos con su sello Virgin haciendo masivo lo alternativo sin que se perdiera la honestidad del arte, pero recaudando millones.
En 1984, enfadado por la cancelación de un vuelo que debía llevarlo a Puerto Rico, alquiló un avión charter y vendió a bajo precio los tickets para los pasajeros que como él habían quedado varados. Fue el comienzo de su empresa más exitosa, a la que tuvo que apoyar vendiendo Virgin Records a EMI en US$ 500 millones. Virgin Mobile surgió en 1999, una empresa de celulares y Virgin Galactic fue creada para el mercado del turismo más allá de la atmósfera.
Ahora Branson quedará con solo el 20% de la nueva Virgin Atlantic, que ahora fue comprada en 31% de sus acciones por el grupo KLM/Air France.
Este creador de oportunidades hace una movida a esta altura de la vida en el que tal vez esté preparando la próxima sorpresa para darnos.
En 2004 empezó a desarrollar el turismo espacial que espera sea otro de los negocios que se desarrollarán en este siglo.
Una clave de su éxito es la adoración que sienten por él los funcionarios de sus empresas.
Como Elon Musk, otro de sus secretos y aquí engancha la historia con Uruguay, es que la apuesta permanente es a desarrollar empresarialmente soluciones para los grandes problemas del mundo.
Para ello ha desarrollado Virgin Fuels, apostando a frenar el cambio climático en alianza con el casi presidente de EEUU Al Gore. Con otros empresarios ha generado un fondo de unos US$ 3.000 millones para combatir el cambio climático.
La aerolínea Virgin ahora será un emprendimiento conjunto de la holandesa KLM, Air France, Delta y sus acciones ahora minoritarias. “Mi interés por la vida viene de establecerme desafíos enormes y aparentemente inalcanzables y tratar de superarlos … desde la perspectiva de querer vivir la vida en plenitud, sentí que tenía que intentarlo “.
Hoy el mundo nos mira con aprecio por tomar nuestros caminos propios, por estar caminando nuestros propios caminos. En cierta medida algo que Branson recomienda: hacer negocios solo en aquellas cosas que se disfrutan y confiando en el estilo propio. “Encuentro disfrutables la mayoría de las situaciones porque vivo mi pripia vida. Siempre he caminado al ritmo de mi propio tambor, y puedo decir que no hay nada más disfrutable que ser verdadero con uno mismo.
Como país también deberíamos establecernos metas aparentemente inalcanzables y tratar de superarlas. ¿Podremos ser un país agroexportador aún con condiciones tan adversas de competitividad? Podremos seguir diferenciando los productos y atraer inversores que apuesten a altos agregados de valor? Veremos tras sus recientes pasos hacia dónde apunta Branson, otra personalidad que sería notable mirara a este rincón innovador del mundo.