Un método sencillo para organizar los gastos
El 50% para sus gastos más básicos, el 20% para ahorros y el 30% para sus gastos personales. Así es la regla 50/20/30 muy extendida y difundida en el campo de las finanzas personales.
Gastos básicos
El 50% de los ingresos debería utilizarse para pagar el alquiler o la hipoteca de la vivienda, así como facturas y compra de comida. Son los llamados gastos fijos; los que se deben pagar si o sí. En caso de que sobre dinero, se aconseja no gastarlo y sumarlo al ahorro.
El columnista de La Nación, Nicolás Litvinoff, alienta a “evitar el autoengaño” de incluir dentro de esta categoría “gastos deseables” y no solo los realmente “necesarios”, que se relacionan con vivienda, transporte y alimentación.
Además advierte que no todo lo que se incluye en “gastos básicos” es realmente necesario: por ejemplo, en los gastos de supermercado la leche puede ser un ítem fundamental pero no así un refresco.
Ahorro
Un 20% tiene que destinarse a generar un colchón que amortigüe contra posibles deudas futuras o pueda ser utilizado en reformas de la casa o algún proyecto familiar. Se aconseja que si se tienen deudas, este porcentaje sea destinado primero a saldarlas y después a ahorrar.
Gastos personales o “deseados”
El 30% podría destinarse a ropa, actividades de ocio como viajar o a comprar regalos de cumpleaños. Otra vez: si sobra debe volcarse al ahorro.
Litvinoff alerta sobre el “costo emocional” que puede tener “el baño de realidad” de querer poner en práctica la regla del 50/30/20 y ver que no es posible cumplirla en el corto plazo. Invita a no descorazonarse y tratar de incorporarla como hábito.
Fuente: En base a Expansión (Ripe) y La Nación