ANÁLISIS ANÁLISIS/EDUARDO BLASINA
Mozo, sírvame un asado, pago con bitcoins
Por Eduardo Blasina
Mayo 14, 2017
El futuro ya llegó, solo falta que sea distribuido. Y se distribuye cada vez más velozmente
Para quien invierte en futuros en EEUU el mejor resultado de todas las opciones posibles es la apuesta al novillo gordo de Chicago, que ha subido 35%; en segundo lugar está el paladio, que ha subido 17% y en tercer lugar el índice Nasdaq de acciones tecnológicas, que viene subiendo 17%.
La suba del Nasdaq nos anticipa cual es el producto estrella de 2017. Porque nada llega cerca del resultado que obtuvieron los bitcoins, que este jueves superaron los US$ 1.800 dólares y básicamente han duplicado su valor en lo que va del año.
Todo lo que es sólido se evapora, todo se virtualiza, se convierte en ceros y unos. Y todo sucede a una velocidad tal que cuesta entender qué consecuencias tendrá. Para quienes quieran cuidar sus ahorros o especular, en este 2017 la opción más rentable hasta ahora ha sido por lejos el bitcoin.
Una moneda virtual, inventada por un programador con un seudónimo, pero que genera más confianza que cualquier Banco Central. Una de las tantas llamadas “cripto monedas” que se abren paso en varios países.
No es difícil encontrar en Europa restaurantes que acepten pagos con bitcoins. Es decir, es posible que ya haya carne uruguaya que es pagada a nivel minorista con bitcoins. En Uruguay todavía no es común aunque Genexus, la multinacional uruguaya del software acepta cobrar sus trabajos en esa moneda. La aprobación esta semana del Bitcoin por parte de Japón disparó el interés mundial.
Bitcoin usa tecnología peer-to-peer o entre pares para operar sin una autoridad central o bancos; la gestión de las transacciones y la emisión de bitcoins es llevada a cabo de forma colectiva por la red.
Bitcoin es de código abierto; su diseño es público, nadie es dueño o controla Bitcoin y todo el mundo puede participar. Por medio de sus muchas propiedades únicas, Bitcoin permite usos interesantes no contemplados por ningún sistema de pagos anterior, explica el sitio de la moneda.
¿Será ahora sí la llegada del ocaso del dólar? En Uruguay, quien mantuvo dólares en el último año perdió 10% del valor de sus ahorros. Quien puso esos mismos ahorros en bitcoins multiplicó sus ahorros por cuatro en doce meses.
En efecto, en mayo del año pasado había que pagar US$ 400 para conseguir un bitcoin. Al empezar 2017 llegó a los US$ 1.000 y este jueves cruzó por primera vez los US$ 1.800. Por segunda vez desde que existe –irrumpió en 2009- vale más un bitcoin que una onza de oro, y hay quienes creen que la supremacía del bitcoin llega para quedarse.
Detrás del auge de esta nueva moneda anarquista que no pertenece a ningún gobierno y que solo se emite con un techo y a través de un complejo proceso de minería virtual, está por un lado la lógica de acabar con el dinero papel.
También de salir de la lógica de bancos privados y centrales a los que muchos ven como mecanismos de manipulación. Curiosamente convergen en el interés por esta moneda radicales “anti sistema” y especuladores que ven como sus ahorros se multiplican mágicamente.
En Uruguay la bancarización forzada verá surgir un movimiento de resistencia y sin entrar en argumentaciones al respecto, lo que es claro es que en todas partes los billetes entran en un proceso de extinción. India y China lideran este proceso.
Curiosamente los dos países que lideran la sustitución de petróleo por energía solar en sus parques automotrices. India eliminó en noviembre los billetes de más valor como mecanismo para erradicar las coimas y como una de las tantas medidas de modernización que ha instaurado su dinámico presidente.
“El bitcoin es un instrumento que descentraliza el poder y lo otro que lo mueve es las tecnologías de blockchain”, explica el integrante de la Cámara Uruguaya de Tecnología de la Información (Cuti) Leonardo Loureiro.
El bitcoin se apoya en una de las olas tecnológicas que prometen cambiar muchas cosas, el Blockchain. En algunos aspectos funciona como una forma de registración de código abierto por la cual todos pueden ver las transacciones que van sucediendo.
Pero Loureiro explica que es mucho más que eso. “Blockchain podría ser usado para la trazabilidad, todos los productores tendrían la información de todos en la cadena de ganado. De todos modos Blockchain es mucho más que eso, se usa en la trazabilidad de contenedores para manejar el transporte carretero”, explica.
La suba de la cotización del bitcoin no parece impresionar a Loureiro. “El crecimiento podría haber sido mayor, pero hay muchas monedas digitales emergiendo y que también están creciendo, algunas porque son más seguras, otras porque ofrecen otras ventajas”, agrega.
Es un mercado muy volátil y todavía no está plenamente asentado. Los bitcoins se habían concentrado en algunos países y se empezaron a encontrar bitcoins en mercados negros.
El dinero físico parece cercano a un colapso. Ya hay más de 100 monedas digitales. Además de Bitcoin, Ethereum, Ripple, Litecoin, y una lista casi interminable. En poco tiempo habrá más monedas digitales que monedas de países.
Pero por otra parte empieza a haber dinero de canje a través de plataformas digitales. La moneda puede ser el plástico, ya que de esa manera se evita que vaya al ambiente, lo que empieza a generar sistemas de puntaje digital. “En algunos países asiáticos podés pagar el subte con una botella de plástico. El reciclaje te genera créditos digitales que se transforman en medios de pago digitales”.
Por otra parte la expansión de nuevos sistemas globales de pago también amenaza al dinero físico. “Paypal no usa dinero billete”, explica el especialista en tecnologías de la información.
Paradojalmente el bitcoin, siendo un sistema ultramoderno de pago, en cierta forma fue anticipado en la obra de ciencia ficción de culto Neuromante de William Gibson, que recurre para su éxito a algo parecido al patrón oro.
Aunque todavía es temprano para saber qué suceso tendrá, no deja de ser interesante que por ahora su atractivo se base en su parecido con una materia prima y específicamente con un metal. La cantidad de bitcoins tiene un tope irremediable en 21 millones. A diferencia del dinero generado por un Banco Central, no puede haber un shock de oferta que lo desvalorice.
La única forma de emisión es lograr descubrir un bitcoin haciendo minería virtual. Algo a lo que los millenials están bien acostumbrados a través de juegos populares como el Minecraft. Basta entrar a bitcoin.org y resolver una serie de algoritmos para llegar a “desenterrar” un bitcoin y hacerse así de uno, es decir ganarse US$ 1.800. Claro que eso no es fácil. Hay que resolver una serie de algoritmos, o acertijos lo que suele requerir computadores potentes y trabajo en red.
El uso de los pagos electrónicos se generaliza rápidamente y hay quienes proyectan que en 10 años, China dejará de usar dinero papel. Justamente el país que inventó el dinero de papel (hecho de Cannabis, de paso sea dicho).
Además de los conceptos de cripto monedas y blockchain, vale la pena irse habituando a varios otros conceptos que cambiarán. Distributed layer es el que más recomienda Loureiro. Empecemos a tomarlo en cuenta.
Pero ya con entender las monedas virtuales hay suficiente como para empezar. Como decía William Gibson, el futuro ya llegó, solo falta que sea distribuido. Y se distribuye cada vez más velozmente.